El diseñador neoyorkino de origen judío, Calvin Klein, cuenta en su currículum entre muchas otras cosas con ser el primero en convertir la ropa interior y los jeans en prendas capaces de ir a la moda. Siempre apostando por un hombre y una mujer urbanitas a los que les apasionan los estilos vanguardistas.
La simplicidad y las líneas minimalistas son sus principales señas de identidad, rechazando desde un primer momento los adornos superfluos y la estética barroca, apostando por tonos neutros para crear un estilo que se sintetiza con la ciudad. Estos aspectos junto con la reinvención de los jeans y la ropa interior le han valido para ganar en 1993 del premio Council of Fashion Designers of America Award en sus colecciones masculinas y femeninas.
La controversia en sus campañas publicitarias ha sido proporcional al éxito obtenido con su estilo ‘casual’. Campañas como la de la adolescente que decía: “nada se interpone entre yo y mis calvin jeans”, han otorgado al diseñador su fama de provocador. Entre sus peripecias publicitarias es destacable el lanzamiento de las Top Model Kate Moss al estrellato.
Un diseñador que se ha hecho a sí mismo: aprendió de niño a coser y a dibujar figurines él solo, técnicas que depuró en las escuelas de moda más prestigiosas de Nueva York, hasta que en 1968 creó su marca y una empresa que se extendió por toda Europa y América. Además, Klein ha sido galardonado en seis ocasiones con el premio del Consejo de Diseñadores de Moda Americanos
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